En la sierra de Guadarrama existen varios hospitales y sanatorios abandonados, construidos a principios de los de los años 40 para erradicar la enfermedad de la tuberculosis, pero los avances médicos y las nuevas medicinas cambiaron de rumbo la manera de atacar esta enfermedad dejando a un lado aquellas moles de ladrillo y hormigón que hasta entonces ubicadas en plena sierra permitían respirar aire puro lejos de la contaminación.
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Imagen del sanatorio en los años 60 |
La primera "cosa" rara fue nada mas entrar al edificio principal, cruzamos el hall y nos dirigimos hacia el antiguo salón del comedor principal, justo debajo de donde se encontraban las escaleras principales, el edificio parecía temblar y caían pequeños cascotes de pintura que saltaba del techo, mientras se oían como si doscientas personas subieran a tropel por las escaleras, al principio tan solo creíamos que seria un grupo de 4 o 5 personas que nos habíamos encontrado antes, también merodeando el edificio y que nos dijeron casi sin nosotros preguntar que eran de un club de pint ball que tenia alquilado el edificio y que no nos arrimaras a las ventanas pues iban a tirar muebles por los balcones. Pero tras unos segundos de ruido y parecer que las escaleras se iban a venir a abajo, decidí recorrer los escasos 10 metros que separan el comedor de la escalera y poder ver que estaban haciendo allí, curiosamente según paso las puertas de madera que separan el hall del comedor el ruido ceso y al mirar por el hueco de la escalera nadie parecía haber pasado, ni ruido, ni señas de haber salido por la puerta que distaba a mas de 20 metros.
Vista desde el comedor principal
Hall principal y puertas que dan acceso al comedor principal
Dejando a un lado esta primera anécdota de las cuales quedan muchas mas, el sonido de unas llaves en la sexta planta, animales por las habitaciones los cuales jamas pudimos ver y menos fotografiar, presencias humanas en el edificio cuando estábamos solos y algunas fotografias un tanto peculiares las cuales aún estoy por que me respondan en algún programa de televisión a las cual las mande.
Continuando con nuestra visita el hall es impresionante sobre todo llama la atención la puerta rotatoria realizada en madera y los numerosos mármoles que tanto en el suelo como en las paredes le dan un aspecto de un hotel de lujo que de un sanatorio
la caja fuerte principal también usada como armero para guardar las armas de fuego de los pacientes
La capilla es una gran sala donde aún queda en el suelo el símbolo de la marina Española, sobria no muy grande pero con capacidad para cerca de 50 personas cómodamente da fé de la religiosidad del lugar, cabe destacar que el edificio era llevado por monjas que tenían en la sexta planta así como en un falsa primera planta sus dependencias, (decimos falsa planta, porque desde la capilla solo se puede acceder a la sala de servicios religiosos donde suponemos que viviría el párroco).
Continuamos recorriendo la planta baja dirección al laboratorio y a los quirofanos. Durante todo el tiempo no cesan los portazos y los golpes tanto en las plantas superiores del edificio como en los sótanos a pesar de que no sopla un viento exageradamente fuerte, mas bien parece hacer un buen día.
Todavía se encuentra en buenas condiciones la sala de rayos X así como la maquina y algunas placas
Los quirófanos, fueron inaugurados dos quirófanos a principios de los 90 de uno prácticamente no hay ni rastro y el otro aún se conservan relativamente bien, el foco para operaciones es una de las atracciones del lugar, no hay quien pase por allí sin fotografiarse junto a el. continuando por el largo pasillo llegamos al fondo donde se encontraba el laboratorio, lugar donde aún pudimos encontrar en las estanterías y por el suelo numeroso material y documentación sobre análisis clínicos, muestras rotas, medicamentos incluso fichas de defunción de pacientes.
Tras recorrer toda la planta baja iniciamos el descenso hacia los sótanos, el edificio principal pose dos sótanos en el primero se ubican las cocinas , la sala de autopsias, almacenes, lavandería y salas polivalentes. El segundo esta dividido en dos, a la primera parte del sótano se accede desde las cocinas y tan solo da acceso a la despensa frigorífica. La segunda parte se accede desde el pasillo y desde la calle, dando a la sala de calderas y a unas salas en apariencia utilizadas como vestuarios, y como almacén. Allí parece ser que hubo viviendo alguien aprovechando que es una zona bastante escondida.
Tras recorrer los sótanos procedemos a subir las 6 plantas del sanatorio. durante todo el tiempo no cesan los portazos ni los ruidos desde las otras plantas, a pesar de que a nuestro paso no vemos moverse ninguna puerta debido a la cantidad de cascotes y basura depositada en el suelo, mas bien incluso nos costaba abrir ciertas puertas para poder pasar. La verdad es que la gran mayoría de las habitaciones eran individuales, aunque parece que en un pequeño numero compartían el baño. pero se encuentran diáfanas, tan solo el baño, en algunas los armarios y las puertas y ventanas quedan como recuerdo de lo que fuerón, La sexta planta es la que en mejor estado se encuentra, es en esta planta donde subían a los pacientes terminales y donde las monjas tenían sus dependencias, es en esta planta donde se pudimos escuchar o sentir la respiración de alguna persona así como el ruido de unas llaves que nos llevo pensar que estaba algún guardia, pero que al preguntar y posteriormente buscar no vimos a nadie. Esto mismo también me relato un amigo que posterior a nuestra visita lo visito y tanto el como las otras dos personas que estaban oyeron claramente el ruido de las llaves abriendo o cerrando una puerta.
la sexta planta
En una de las salas encontramos esta "pequeña" caja fuerte empotrada en la pared. Llama la atención la cantidad de cajas fuertes que se encontraban en el edificio, un total de cajas fuertes pudimos encontrar y seguro que alguna nos saltamos.
Desde la entrada no se puede entrar a mas zonas del edificio principal, pero anexa a el se encuentra lo que seria la sala de oficiales en donde destaca el ascensor de los que se ven como sube y baja las plantas construido en lujosa madera de ébano y caoba, Las habitaciones tienen todas terraza y vistas a los jardines, sus cuartos de baño cuentan con un acabado y una amplitud muy superior , seguro que estas habitaciones serian las utilizadas por los altos mandos.
Disponía de una caldera individual para el edificio, aire acondicionado , incluso una cafetería lujosamente decorada con frisos de madera y el escudo de la Cruz Roja de la Armada Española. Es en esta ala cuyo acceso se encuentra por detrás donde también se encontraba el tanatorio donde velaban a los muertos.
La caldera era de carbón y se la notaba llevar bastantante mas tiempo que las modernas calderas que calentaban el resto del edificio
Los timbres de alarma para las habitaciones sonaban aquí, y abajo se encendía la luz indicando el numero de habitación.
Justo a la espalda de la entrada se encontraba la cafetería de oficiales, donde todavía están las viejas cajas registradoras, cajas de bebida y restos de los platos y vasos.
Apenas unos 50 metros de la cafetería se encontraba la entrada la entrada al tanatorio lugar donde se velaban los cuerpos de los fallecidos en el sanatorio. unos lugares tan dispares entre si pero tan próximos dando entrada por la zona de jardines bellamente decorada con fuentes y bancos.
Una vez recorrido todo el edificio principal todavía nos quedan edificios mas pequeños pero que también guardan muchos secretos y extraños sucesos. Nada mas entrar a mano derecha encontramos lo que seria el edificio de dirección, no muy grande de tres plantas. Justo en frente de el pero a mano izquierda el edificio del gimnasio y donde estaba el grupo electrógeno de motores diésel cuya finalidad era generar la electricidad en caso que corte de suministro eléctrico.
Aparte de las salas utilizadas para dirección también existían pequeñas habitaciones con un baño en común por planta y otras usadas aparentemente como despachos como donde se encontraba esta otra con caja fuerte o armero.
El edificio del gimnasio y salas de rehabilitación se encuentran contiguas al edificio donde se encuentran los motores diésel encargados de generar la corriente eléctrica para todo el edificio.
En este edificio mientras nos encontrábamos realizando las fotos cerca de las 5 de la madrugada, se oían al fondo el murmullo nunca mejor dicho que de sala de hospital, era la segunda vez que ibamos al edificio y pensamos que seria un grupo de gente que se encontraría al fondo realizando una visita o llevando a cabo algún tipo de ritual. la sorpresa fue que según nos acercábamos a los murmullos estos se desvanecián incluso llegamos a asomarnos por la ventana para ver si el murmullo podía venir de fuera, pero nada. no había nadie ni dentro ni fuera del edificio. finalmente vimos el edificio entero y esto quedo como otra anécdota a recordar entre los que eramos.
Continuando con la tradición de cajas fuertes del lugar, el gimnasio lógicamente no podía carecer de una.
Una de las pocas camas de hospital que se pueden encontrar se encuentra en la salas de rehabilitación. Esta parte del sanatorio era compartida tanto para los militares como para los vecinos del municipio que solían ser atendidos. Pocas maquinas quedan ya en lo que fue el gimnasio tan solo en su lugar las taquillas de quienes lo usarón.
Existe un ultimo edificio al final de los muchos caminos ya casi enterrados entre la maleza que lleva a un pequeño cobertizo de ladrillo y uralita que es utilizado por el ayuntamiento como almacén para guardar las baldosas y adoquines y un coche que yacía abandonado y oculto entre la maleza.
No se sabe bien que sera de esta mole de ladrillo y hormigon, a las dos ultimas subastan a la que lo ha sacado el ministerio de defensa se ha quedado sin comprador y eso que han bajado considerablemente el precio. pero todavía continúan las disputas entre el ayuntamiento y el ministerio de defensa por su utilización.